cuando termina de
retratar el rostro perfilado de la mujer que ama, un hombre se percata de que
no es ella, o bien, que se parece a otra persona, lo intenta nuevamente, una ,
dos, tres, cuatro veces, hasta que se dibuja a sí mismo y sorprendido, arroja
un vaso con agua en su propia cara
No comments:
Post a Comment